Sorpresa, parace que as nosas medidas disuasorias non resultan tan disuasorias para os demais.
O Centro de Defensa y Estudio de los Derechos Humanos (CEDEHU) mándame ao mail as seguintes consideracións:
PRIMERA: Expresar nuestra profunda repulsa por los actos de barbarie e injustificable violencia, desplegados en acciones concertadas por las fuerzas armadas de la Guardia Civil, y las fuerzas armadas y policiales del régimen feudal del Reino de Marruecos, en los perímetros fronterizos de los territorios africanos de Ceuta y Melilla.
SEGUNDA: La matanza de personas indefensas que, en estado de necesidad, tratan de huir de la pobreza, constituyen la expresión más miserable de unas políticas de crueldad inmisericorde desplegadas bajo el eufemismo del control de fronteras y de la inmigración irregular.
TERCERA: Desconocen que toda persona tiene derecho a una existencia conforme a la dignidad humana y el derecho a sobrevivir; implican negar elementales Derechos Humanos, explícitamente consagrados en los artículos 23 y 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. La dignidad intrínseca de los seres humanos impide tratarlos como a fieras peligrosas, por mucho que se les califique de irregulares.
CUARTA: Pretender sobrepasar unas vallas, y entrar en los territorios africanos de Ceuta y Melilla, supone exclusivamente una mera infracción administrativa, y desde luego no constituye delito alguno. Por ello resulta inadmisible el recurso a los actos de barbarie contra los inmigrantes, mediante el apaleamiento de los mismos, el gaseamiento y el pelotazo de goma contra sus cuerpos, y el uso de armas de fuego a balazos, por el mero hecho de tratar de saltar unas vallas fronterizas. No debe olvidarse que las denominas vallas, son auténticas alambradas con cuchillas, al estilo de los más rancios campos de concentración, y tales vallas constituyen por si solas un auténtico peligro para la vida e integridad física de los desesperados inmigrantes, que tratan de superarlas con rudimentarias escaleras.
QUINTA: La cooperación en las masacres, con un reparto de papeles se estructura sobre las acciones conjuntas de fuerzas militares y policiales de Marruecos – a las que parece corresponder la tarea sucia de disparar a matar – y las fuerzas militares de la Guardia Civil a las que se supone corresponde apalear, gasear y lanzar pelotas de goma. Tal reparto de papeles, busca directamente la impunidad.
SEXTA: Especial rechazo merece la utilización del Ejército Español, con unidades de combate de la Legión y Regulares, para colaborar en la represión a ultranza de los inmigrantes. Desde luego, el despliegue de unidades de combate con armamento de guerra y vehículos blindados, es evidente que no solo persigue aterrorizar a los inmigrantes, mediante la exhibición de la maquinaria de guerra, sino que supone una abierta militarización de las problemáticas civiles humanitarias, derivadas del pretendido férreo control de la inmigración irregular. Por ello la decisión del Presidente del Gobierno, apoyada por el Ministro del Interior y la cúpula subalterna del mismo, y aplaudida por la Secretaria de Estado de Inmigración y Emigración, resulta expresiva del auténtico talante que anima tan brutal acuerdo. Desde el Centro de Defensa y Estudio de los Derechos Humanos nos parece razonable recordar a Sr. Zapatero que detrás de las vallas de Ceuta y Melilla existe un inmenso continente poblado por millones de seres humanos hambrientos, sumidos en la pobreza y la desesperación, que tratan de ejercer el elemental DERECHO A SOBREVIVIR. Por ello, acudir al envío de tropas del Ejército, para evitar la entrada de inmigrantes, resulta elocuente de la profunda degradación moral que subyace en tal decisión, al encerrar un propósito de aterrorizar mediante la amenazante ostentación de armas de guerra, fuego y destrucción de vidas humanas.
SÉPTIMA: Por último desde CEDEHU queremos expresar nuestra honda preocupación por el tratamiento y lenguaje informativo de la práctica totalidad de los medios de comunicación. Es fácilmente constatable que genera miedo en la ciudadanía, el tratamiento de los inmigrantes irregulares como invasores, como los nuevos bárbaros, como asaltadores de fortalezas, como integrantes de multitudinarias avalanchas humanas, que mediante masivos asaltos pretenden romper las fronteras y atacar la soberanía española. Apelamos a periodistas e informadores en general, y a su honestidad y ética profesional, para que no contribuyan a deformar la realidad de la acusada complejidad del fenómeno social de la inmigración irregular.
E Haro Tecglen, inmenso, onte, fai súas as miñas consideracións. Ou eu fago miñas as súas. Ou o que sexa.
3 Oct 2005
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