2 Feb 2005

Armas baixo control



O 12 de febreiro do ano pasado estaba eu sentada nos ordenadores da biblioteca da Pompeu-Ramblas escribindo para Amnistía Internacional de Cataluña:

EL CIRCO DE LAS ARMAS PERDIDAS
Cuando "los tres de las Azores" decidieron que las "armas de destrucción masiva" de Sadam Hussein suponían un peligro tan inminente que bien valía actuar de espaldas a la ONU, salimos a la calle a comunicarles amablemente que no colaba. Y no coló. Pero dentro de esa mentira tan obvia se escondía una aún mayor: el Peligro está en las "armas de destrucción masiva", ésas son Las Armas, y no las que en EEUU te regalan al abrir una cuenta bancaria. El recientemente fallecido comandante Pérez García sostenía que el problema en Irak era la existencia de "demasiadas armas fuera de control". No se refería a sofisticadas bombas nucleares, sino a las llamadas "armas ligeras". De hecho, al comandante español lo mató una "simple" bala mientras Bush, Blair y Aznar entretenían a la audiencia mundial con su particular teatro de sombras chinas. Un informe de Amnistía Internacional, IANSA y Oxfam nos cuenta, entre otras cosas, que en 2001 se fabricaron al menos 16.000 millones de proyectiles; ¡más de 2 balas por cada habitante del planeta! Nuestro Pepito Grillo particular nos explica también, ¡sorpresa!, que los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (EEUU, Reino Unido, Francia, Rusia y China) manejan el 88% de este rentable bazar armamentístico. Estando así las cosas, podemos elegir entre seguir disfrutando con el circo mediático de las armas perdidas o exigir a los medios que nos cuenten qué pasa con esas dos balas y pico que nos corresponden a cada uno de nosotros. A mí me gustaría saber quién fabricó, quién vendió y quién compró las mías.

As casualidades existen. O día 12 deste mes no Gustavo Freire, máis e mellor.

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